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26 de mayo de 2014

ROSQUILLAS TRADICIONALES

Este fin de semana tenía varias opciones para cocinar y al final me decanté por estas deliciosas rosquillas de anís fritas.

Como es usual, fue dicho y hecho, como tiene que ser...

Rescaté varias recetas tradicionales de libros que tengo por casa y cotejé con la familiar. Al final, una mezcla que resultó ser un éxito, sobre todo para las peques, con un toque ligero de sabor a anís, a naranja y una textura suave y esponjosa.

Contento con el resultado, hoy lo comparto para que os animéis a entrar en la cocina y disfrutéis de una mañana de sábado o domingo al calor de los fogones. ¿Alguna pega tendría que tener esto, no?


Un clásico de nuestra cocina


Ingredientes (para unas 30 o 35 rosquillas)

- 150gr. leche
- 60gr. aceite de oliva virgen
- 75gr. azúcar
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de anís en grano
- 1 piel de naranja
- 300 + 75gr. harina uso común
- 1 sobre de levadura química

Elaboración

Estamos ante uno de los dulces tradicionales españoles por excelencia y por tanto, vamos a darle el trato que se merece preparando con mucho cuidado y dedicación la masa que finalmente freiremos.

Hace pocos días vimos cómo hacer pestiños en almíbar, otro dulce de categoría que no puede faltar en nuestro recetario, para los que si recordáis preparamos una masa enriquecida con aceite frito muy similar a la que hoy estamos a punto de hacer.


Rosquillas fritas con anís y piel de naranja


Hoy os dejo dos opciones, ambas perfectamente válidas, la primera como acabo de comentar y la segunda sería infusionando la leche como hicimos por ejemplo con un rey de reyes de nuestra cocina, el arroz con leche.

Aclarado este punto, pasemos a la acción.

1- En un cazo vertemos la leche, el aceite, el anís y la piel de naranja. Llevamos a ebullición, dejamos 1 minuto y apagamos el fuego para dejar infusionar y templar. Entonces añadimos el azúcar, removemos y reservamos.

2- En un bol incorporamos los primeros 300gr. de harina junto a la levadura química en forma de volcán dejando un hueco en el centro. En cuanto la leche infusionada haya templado, la añadimos al bol utilizando un colador para evitar que caigan algunas semillas de anís.

3- Comenzamos a mezclar todos los ingredientes y, a medio proceso, incorporamos el huevo (a temperatura ambiente) y lo integramos bien con la masa. Ahora terminamos de añadir los otros 75gr. de harina y terminamos de amasar durante unos minutos suavemente.

4- Obtendremos una masa suave, blanda y llena de aroma que dejaremos tapada con film reposando unos 25 minutos.

Aprovechamos estos momentos para preparar una sartén con aceite de oliva, una bandeja con papel absorbente y un recipiente con azúcar. Además sería perfecto si disponéis de un palillo (con uno de esos que te dan en los restaurantes asiáticos es suficiente) para manejar las rosquillas en el aceite hirviendo.

5- Con un rodillo o con las manos, según la destreza que tengáis, aplanamos la masa hasta un grosor de unos 3cms. y con ayuda de un cortapastas vamos formando pequeños círculos. Con el sobrante, volvemos a amasar, aplanamos de nuevo y repetimos la operación. Más o menos obtendréis entre 25 y 35 unidades dependiendo del diámetro de los círculos de pasta que hayáis formado.


Preparamos la masa y usamos un cortapastas


6- Insertamos el palillo por el centro de cada disco de pasta y con los dedos agrandamos el agujero y damos forma a nuestras rosquillas. Por supuesto, no olvidéis hacer una leve incisión a lo largo de todo su borde exterior con un cuchillo.


Con un palillo vamos dando forma a las rosquillas


7- Os recomiendo dejar preparadas todas las rosquillas para luego ir friendo por tandas de 4, que es la capacidad máxima de la sartén que he utilizado para evitar que el aceite se enfríe cuando las pongamos a freír y la masa se empape demasiado en el aceite. Recordad, es mejor hacer más tandas aunque tardemos más tiempo que correr el riesgo de que la masa se vea afectada por intentar acortar el trabajo.


Freímos en tandas de varias rosquillas


8- Tened en cuenta que el fuego debe estar a media potencia pero siempre caliente para que la masa se ha bien tanto por fuera como por dentro. Una vez doradas por una cara le daremos la vuelta con el palillo y dejaremos que ocurra lo mismo por la otra; en caso de duda daremos otra vuelta más, esta vez dejando menos tiempo entre cara y cara.


Colocamos sobre papel absorbente y luego bañamos en azúcar


Veréis como la masa comenzará a inflarse cogerá un volumen y un color espectaculares.


El aceite debe estar bien caliente


9- Una vez vayamos sacando las rosquillas de la sartén, las colocamos sobre el papel absorbente que preparamos previamente. Dejamos enfriar y bañamos literalmente en azúcar para ir colocándolas en una bandeja ya sin exceso de azúcar, es decir, sólo con la que ellas mismas acepten.


Colocamos un una fuente o bandeja


10- Terminamos de hacer el resto de rosquillas y vamos disponiéndolas en una fuente para su presentación.


Servimos en la merienda o desayuno junto a un café con leche


Ya estamos listos de llevar la bandeja a la mesa y disfrutar de una tarde de rosquillas caseras con la familia o amigos y un buen café con leche.

8 comentarios:

  1. Las de toda la vida, que ricas!!!
    Un besito desde Las Palmas y feliz semana.

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    Respuestas
    1. Gracias Deborah, me alegro que te hayan gustado! Bss

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  2. ¡Me encantan estas rosquillas!, a ver si me animo a hacerlas.
    Un abrazo
    Cristina

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    Respuestas
    1. Gracias Cristina, son rosquillas de toda la vida!

      Un abrazo y buen fin de semana

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  3. Y que ricas!!! Me recuerdan a la niñez uhmm que maravilla!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Lianxio, la verdad que traen tantos recuerdos...

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  4. Estas rosquillas me encantan, me anoto la receta...
    Un beso :)

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    Respuestas
    1. Gracias Sole! Ya sabes, si recomiendas algún cambio espero que me los cuentes.
      Bss

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26 de mayo de 2014

ROSQUILLAS TRADICIONALES

Este fin de semana tenía varias opciones para cocinar y al final me decanté por estas deliciosas rosquillas de anís fritas.

Como es usual, fue dicho y hecho, como tiene que ser...

Rescaté varias recetas tradicionales de libros que tengo por casa y cotejé con la familiar. Al final, una mezcla que resultó ser un éxito, sobre todo para las peques, con un toque ligero de sabor a anís, a naranja y una textura suave y esponjosa.

Contento con el resultado, hoy lo comparto para que os animéis a entrar en la cocina y disfrutéis de una mañana de sábado o domingo al calor de los fogones. ¿Alguna pega tendría que tener esto, no?


Un clásico de nuestra cocina


Ingredientes (para unas 30 o 35 rosquillas)

- 150gr. leche
- 60gr. aceite de oliva virgen
- 75gr. azúcar
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de anís en grano
- 1 piel de naranja
- 300 + 75gr. harina uso común
- 1 sobre de levadura química

Elaboración

Estamos ante uno de los dulces tradicionales españoles por excelencia y por tanto, vamos a darle el trato que se merece preparando con mucho cuidado y dedicación la masa que finalmente freiremos.

Hace pocos días vimos cómo hacer pestiños en almíbar, otro dulce de categoría que no puede faltar en nuestro recetario, para los que si recordáis preparamos una masa enriquecida con aceite frito muy similar a la que hoy estamos a punto de hacer.


Rosquillas fritas con anís y piel de naranja


Hoy os dejo dos opciones, ambas perfectamente válidas, la primera como acabo de comentar y la segunda sería infusionando la leche como hicimos por ejemplo con un rey de reyes de nuestra cocina, el arroz con leche.

Aclarado este punto, pasemos a la acción.

1- En un cazo vertemos la leche, el aceite, el anís y la piel de naranja. Llevamos a ebullición, dejamos 1 minuto y apagamos el fuego para dejar infusionar y templar. Entonces añadimos el azúcar, removemos y reservamos.

2- En un bol incorporamos los primeros 300gr. de harina junto a la levadura química en forma de volcán dejando un hueco en el centro. En cuanto la leche infusionada haya templado, la añadimos al bol utilizando un colador para evitar que caigan algunas semillas de anís.

3- Comenzamos a mezclar todos los ingredientes y, a medio proceso, incorporamos el huevo (a temperatura ambiente) y lo integramos bien con la masa. Ahora terminamos de añadir los otros 75gr. de harina y terminamos de amasar durante unos minutos suavemente.

4- Obtendremos una masa suave, blanda y llena de aroma que dejaremos tapada con film reposando unos 25 minutos.

Aprovechamos estos momentos para preparar una sartén con aceite de oliva, una bandeja con papel absorbente y un recipiente con azúcar. Además sería perfecto si disponéis de un palillo (con uno de esos que te dan en los restaurantes asiáticos es suficiente) para manejar las rosquillas en el aceite hirviendo.

5- Con un rodillo o con las manos, según la destreza que tengáis, aplanamos la masa hasta un grosor de unos 3cms. y con ayuda de un cortapastas vamos formando pequeños círculos. Con el sobrante, volvemos a amasar, aplanamos de nuevo y repetimos la operación. Más o menos obtendréis entre 25 y 35 unidades dependiendo del diámetro de los círculos de pasta que hayáis formado.


Preparamos la masa y usamos un cortapastas


6- Insertamos el palillo por el centro de cada disco de pasta y con los dedos agrandamos el agujero y damos forma a nuestras rosquillas. Por supuesto, no olvidéis hacer una leve incisión a lo largo de todo su borde exterior con un cuchillo.


Con un palillo vamos dando forma a las rosquillas


7- Os recomiendo dejar preparadas todas las rosquillas para luego ir friendo por tandas de 4, que es la capacidad máxima de la sartén que he utilizado para evitar que el aceite se enfríe cuando las pongamos a freír y la masa se empape demasiado en el aceite. Recordad, es mejor hacer más tandas aunque tardemos más tiempo que correr el riesgo de que la masa se vea afectada por intentar acortar el trabajo.


Freímos en tandas de varias rosquillas


8- Tened en cuenta que el fuego debe estar a media potencia pero siempre caliente para que la masa se ha bien tanto por fuera como por dentro. Una vez doradas por una cara le daremos la vuelta con el palillo y dejaremos que ocurra lo mismo por la otra; en caso de duda daremos otra vuelta más, esta vez dejando menos tiempo entre cara y cara.


Colocamos sobre papel absorbente y luego bañamos en azúcar


Veréis como la masa comenzará a inflarse cogerá un volumen y un color espectaculares.


El aceite debe estar bien caliente


9- Una vez vayamos sacando las rosquillas de la sartén, las colocamos sobre el papel absorbente que preparamos previamente. Dejamos enfriar y bañamos literalmente en azúcar para ir colocándolas en una bandeja ya sin exceso de azúcar, es decir, sólo con la que ellas mismas acepten.


Colocamos un una fuente o bandeja


10- Terminamos de hacer el resto de rosquillas y vamos disponiéndolas en una fuente para su presentación.


Servimos en la merienda o desayuno junto a un café con leche


Ya estamos listos de llevar la bandeja a la mesa y disfrutar de una tarde de rosquillas caseras con la familia o amigos y un buen café con leche.

8 comentarios:

  1. Las de toda la vida, que ricas!!!
    Un besito desde Las Palmas y feliz semana.

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    1. Gracias Deborah, me alegro que te hayan gustado! Bss

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  2. ¡Me encantan estas rosquillas!, a ver si me animo a hacerlas.
    Un abrazo
    Cristina

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    1. Gracias Cristina, son rosquillas de toda la vida!

      Un abrazo y buen fin de semana

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  3. Y que ricas!!! Me recuerdan a la niñez uhmm que maravilla!

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    1. Gracias Lianxio, la verdad que traen tantos recuerdos...

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  4. Estas rosquillas me encantan, me anoto la receta...
    Un beso :)

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    1. Gracias Sole! Ya sabes, si recomiendas algún cambio espero que me los cuentes.
      Bss

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