EL MERCADO CENTRAL DE VALENCIA

VARIEDAD DE PRODUCTOS NAVIDEÑOS

Si tuvisteis ocasión de leer los posts que el año pasado publiqué sobre la Plaza de Abastos de Sanlúcar (primera y segunda parte), habréis notado que uno de mis debilidades es poder visitar los mercados para observar todo lo que allí ocurre, la oferta y la demanda en todos sus sentidos.

Lugares increíbles donde podemos disfrutar al 100% de las gentes y productos del lugar donde estén ubicados, un sinfín de sensaciones, aromas, también olores, en muchas ocasiones un primer acercamiento cultural, en definitiva son trazos, rasgos y demás cualidades y calidades de nuestra sociedad aglutinados en un mismo lugar.

Podéis visitar la página oficial del Mercat Central València y descubrir su historia, los puestos y servicios que ofrece, comprar online, etc. Pasaréis un rato agradable y seguro que si no lo conocéis os entrarán ganas de hacerlo pues es precioso y muy surtido.

El mercado está en pleno centro de la ciudad en un enclave lleno de vida y colorido, y dado las fechas en las que estamos no quiero imaginarme cómo será pasear por él a plena hora punta. Suerte que yo lo visité un martes por la mañana a eso de las 9:30 y el bullicio estaba por llegar.

Como no podía faltar, bajo la cúpula central del mercado habían instalado un belén de dimensiones considerables para recordarnos a todos la festividad de la Navidad.

Aprovechando que llegaba sin almorzar, qué mejor lugar para tomar algo y coger energías para el día que me esperaba por delante. Así que, sin saberlo, me llevaron hacia el Central Bar by Ricard Camarena. ¡Vaya sorpresa!

Nunca había tenido oportunidad de catar nada de este Chef, y qué mejor forma de hacerlo que almorzando aquí. Menos mal que era temprano porque usualmente no cabe ni un alfiler.

Mi elección fue un Bocadillo de Revuelto con Tomate Especiado y Mojama y una Coca-Cola.

El pan es de esos que cruje al morderlo pero que a la vez se deshace en la boca a la vez que los ingredientes que contiene. El revuelto, como todos los revueltos es de huevo, mezclado con tomate natural triturado y con alguna hierba aromática; muy jugoso y calentito. Por último, unas lonchas de mojama riquísima, especialidad de estas tierras que se han dedicado a los salazones desde tiempos inmemoriales.

En conjunto, la mezcla de sabores resulta muy apetecible y jugoso como os decía, y con el punto del salazón queda pero que muy bueno.

Con la barriga llena di el último paseo por el gigantesco mercado, deleitándome con me ofrecía cada uno de los puestos. En concreto, los de encurtidos y salazones son una maravilla y dignos de ver.

Aunque en esta época del año llaman la atención los turrones y mazapanes artesanos que parecen decirte ¡llévame a casa!

En las paradas de pescado y mariscos no podían faltar las anguilas vivas. Así visto, son menos apetecibles ¿verdad?

Y en las de frutas y verduras, un amplio surtido de caracoles, legumbres y un largo etcétera.

Un ingrediente imprescindible para la tradicional paella valenciana, el garrofón.

Como no podía irme con las manos vacías, ya os imagináis qué me traje en el tren para hacer este fin de semana ¿no?

Sin duda, lo mejor del día. Disfruté como el que más y la pena es que no me llevé el carrito de la compra porque si no ya me veía cargando como una mula.

Espero que os haya gustado esta fugaz visita por el mercado. Hasta la próxima y ¡Felices Fiestas a todos!