Esta semana vengo con una receta, cortesía de la madre de una compañera de trabajo, que me encanta desde pequeño (la receta, jeje) y ha sido fundamental en muchos de mis desayunos años atrás.
He querido hacer la prueba en casa para establecer un nexo emocional con mi infancia y realmente he sido teletransportado en el primer bocado. ¿No es genial? Por eso me merece la pena cocinar, tan solo por eso y porque me encanta hacerlo.
De este tipo de recetas tengo unas pocas, de las cuales recuerdo sobre la marcha la ensalada de pimientos asados que hacía mi abuela o esta gallina o pollo en pepitoria de mi otra abuela. Ya veis, la cocina de siempre sigue triunfando y es que no es para menos.
Poco más tengo que decir hoy, salvo que si no lo conocéis os animéis a probarlo y seguro que veréis las cosas de otra manera.
Ingredientes
- 2kg. lomo de cerdo
- 1kg. manteca de cerdo
- 2 cabezas de ajo
- 2 hojas de laurel
- 2 cucharadas de pimentón
- Orégano
- Vinagre
- Agua y sal
Elaboración
1- Limpiamos la pieza de carne de cualquier resto de grasa. Cortamos en filetes de unos 3cms. para facilitar el troceado. Yo he utilizado un solomillo de 1/2kg. y he adaptado las cantidades del resto de ingredientes.
Reservamos en una olla de un tamaño adecuado según hagamos más o menos cantidad de carne.
2- En un recipiente preparamos el adobo, dando unos golpes a los dientes de ajo y añadiendo el laurel, orégano, pimentón, vinagre, sal y agua.
3- Añadimos el adobo a la carne troceada y la cubrimos con él. Tapamos y dejamos reposar toda la noche en la nevera para que haga el efecto deseado.
4- Al día siguiente sacamos la olla de la nevera y, tal como sale, ponemos a hervir a fuego lento hasta que la carne esté tierna.
En este proceso debemos observar la cantidad de aliño que se va evaporando por si tenemos que añadir un poco de agua y tener en cuenta que al final no debe quedar ningún jugo.
Esto es muy importante porque de lo contrario, la manteca no cuajará bien al enfriarse.
5- Una vez la carne esté tierna y no haya jugos incorporamos la manteca, desechando el ajo y el laurel, y dejamos hervir unos minutos para que ésta absorba bien los aromas y sabores de la carne y el aliño.
6- Ahora hacemos una prueba de color de la manteca colorá.
Sacamos en un platito, blanco a ser posible, una cucharada de manteca para ver el color. Si no fuera lo suficientemente colorado, tenemos que añadir un poco más de pimentón sobre la manteca y nunca directamente sobre la carne porque éste sabría crudo.
7- Dejamos enfriar y guardamos en la nevera en un tupper para que la manteca cuaje.
En unas horas podremos echarnos a llorar untando un poco de este lomo en manteca colorá en una rebanada de pan. ¿Que no?
Me encanta la manteca colora, enhorabuena, sigue así, con tu permiso me quedo por aquí, un beso, te espero por LAS DELICIAS DE MAYTE.
ResponderEliminarJeje! Ya somos dos Mayte, muchas gracias por tu comentario y visita. Me alegro que te haya gustado el blog y en cuanto pueda me paso por el tuyo.
EliminarQue alegría este tipo de receta riquísima de siempre pero que no está de moda y no se ve en ningún sitio. Menudo desayuno me espera el domingo.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te gusten estas recetas y espero que la disfrutes tanto como yo. Es algo espectacular. Un saludo!
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